Dawnbreaker: ayudante de sus aliados

En los eones posteriores a los que el éxodo del Guardián originó la era de la luz, algunos entre el linaje del primer sol comenzaron a alinearse contra el caos resultante que perseguía al creador de su antepasado. Llamándose a sí mismos los Hijos de la Luz, no veían a nadie más digno de tomar el manto abandonado del Guardián, y anhelaban hacer retroceder el ataque de la oscuridad, creando gloriosos ejércitos construidos para purgar el cosmos de todas las criaturas de la noche primordial.

Valora —conocida como Dawnbreaker, la guerrera más preciada entre las antiguas creaciones de los Niños— es la brillante heraldo de la majestad del orden y la luz. Moldeada a partir del corazón de una joven estrella metálica y cargada de nueva vida por un aliento dorado, Valora fue llamada a difundir el brillo de la sabiduría de los Niños a los confines más oscuros del universo, prendiendo fuego a los cielos con cada golpe de su martillo celestial en medio de una batalla interminable para mantener a raya el caos.

Con el tiempo, los Niños también revelaron otro propósito para Dawnbreaker. Habían descubierto un medio para impregnar la totalidad del cosmos con su luz interior, para borrar todos los aspectos de la oscuridad para siempre, y enviaron a Valora para apoderarse de una fuente de gran poder, la pieza final de su plan definitivo. Pero por primera vez, Valora y su martillo fracasaron, y el precio que pagaron ella y sus maestros fue enorme. La chispa de los Hijos de la Luz se extinguió por completo, y Dawnbreaker quedó a la deriva en una extensión negra, perdida durante incontables milenios antes de estrellarse en un mundo desconocido.

Allí descansó, durmiente, hasta que la presencia de una joven estrella errante dio combustible a una antigua forja de energía, una reliquia de los Niños que, como ella, permaneció enterrada durante incontables eras bajo un ventoso yermo rojo. Ahora, con una pequeña medida de sus antiguos poderes restaurados por la forja, Valora se despierta en una tierra asediada por la guerra y las implacables fuerzas del caos. Ella sabe que sus dioses pueden haber desaparecido, pero el peso del martillo de Dawnbreaker permanece, solo igualado por su voluntad de manejarlo con justicia en nombre de la bondad y la luz.

Fuente dota2.com